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Un diálogo cuyo lenguaje es la vida

África está construyendo mundo y para ello investiga, analiza y reelabora accionar. Señalo África no pretendiendo tropezarme en la generalización o anular en su amplitud las identidades miles que la conforman. Más bien deseo con ello voltear la imagen preconcebida de un continente pasivo bajo una acacia que crece asustada entre los escombros de bombardeos, la expoliación de sus recursos y sus gentes, y las tierras rasgadas por la sequía. Parte de este imaginario tiene que ver con las formas erosionadoras hasta el expolio con las que nos hemos relacionado con el territorio africano y sus personas moradoras desde Europa. Y, otra parte con el ejercicio de repetir una idea para que esta produzca realidad haciendo que la inmovilidad permita facilitar la continuidad de dicha erosión extractivista. Pero África se sacude etiquetas, África está activa, como señala el nombre de las jornadas que nos hicieron volar el pasado mes de marzo hasta Senegal para encontrarnos y vincularnos en el trabajo conjunto de diseño de sociedades críticas y comprometidas con la vida.

Desde este encuentro, las paredes de la Université Cheikh Anta Diop, en Dakar escucharon discutir durante tres días sobre los tránsitos que atraviesan continentes. En un momento dado éstos fueron agrupados en: desplazamientos de personas, productos o materias primas que migran o que son emigradas (a golpe de tinta en firma, coacción o bala), todo ello en estrecha relación con las formas de “consumo” en Europa; y, en dirección contraria, el traslado de las basuras y desechos generados por ese modelo de consumo que regresan de vuelta (vacías de valor y de función) al continente africano en forma de cementerio de lavadoras, televisores o de cualquier otro bien desestimable.

Se sentó en primera fila el cuestionamiento de base a la expulsión de la vida a las periferias de la propuesta social. Y se visibilizó nombrando el daño experimentado por quienes migran jugándose los cuerpos, y de la familia que queda en origen esperando noticias de la persona que abandona el territorio. Con voz ronca y asalitrada, en el pasillo de la derecha los océanos secos de peces señalaron como responsables de hambres y migraciones no elegidas a los grandes pesqueros llegados de lejos para engullir todo animal marino vendible en lonjas. En sillas plásticas improvisadas por el aforo repleto o en los bancos de madera se destacaron las fronteras externalizadas que subvencionadas desde los gobiernos europeos seccionan carne, sueños y derechos. Y los centros de internamientos para migrantes (CIEs)también encontraron asiento y lugar de voz. Nos recordaron que sus encierros injustos a quienes se desplazan tienen cabida tanto en el continente africano (Mauritania se nombró como uno de los avergonzados territorios que los acoge) como en suelo europeo. Y las mujeres y las jóvenes se hicieron hueco legítimo para desde el inicio recordar que todo daño toma dimensiones propias sobre sus cuerpos, en este caso corporeidades migradas.

Para dialogar sobre estos flujos dentro de la propuesta de África activa, con el deseo y la obligación cívica de repensar sociedad, las organizaciones sociales locales llegaron a la universidad con sus ropas y herramientas de gala para alzar la voz autorizada desde el trabajo directo; la academia y sus doctoras y doctores tomaron nota y replicaron arropadas en marcos teóricos, informes y trayectoria científica; el alumnado investigador participó y remató volcando de sus cubos dudas y resultados preliminares; y también nuestro grupo trasladado desde Andalucía con experiencias formativas, profesionales y vivenciales formó parte de esta dialógica ágora.

Foto Artículo Maspe 2Entre los proyectos que compartimos estuvo presente aquél en el que, desde el 2014, hemos estado trabajando con jóvenes nigerianas que migran hacia Europa vinculadas a la trata de seres humanos, pasando por la Frontera sur española. Hablamos de esta investigación-acción en la que se ha buscado priorizar el protagonismo de los relatos de las viajeras y las reflexiones críticas que desde ellos hemos co-construido. Apoyada en proyecciones y en personas traductoras que vivieron la propuesta como si fuera suya (gracias infinitas por ello), acercamos al aforo los asentamientos del camino, las zonas de explotación sexual o laboral, las escuelas en Nigeria o las casas de acogidas en el Estado español en las que hemos podido desplegar los campamentos de encuentro con las jóvenes y las mujeres. Así, ellas encontraron su lugar en Dakar, habiéndome prestado sus voces dada la imposibilidad de asistir físicamente, para alertar del descalabre humano que es la trata de personas. Y pudieron narrarse (a distancia) desde las mellas que las experiencias han dejado en ellas y, sobre todo, desde las estrategias que han desarrollado para superarlas y para confrontar la propia trata. El foro propiciado en Dakar recibió a las jóvenes reconociéndolas con sus aplausos como portadoras claves de los conocimientos que han posibilitado los resultados que dan sentido a esta investigación; y como protagonistas del documental Irioweniasi, el hilo de la luna (Pulsa aquí para ver el tráiler).

La génesis de este documental ha sido la petición que una de ellas (luego vendrían otras a reforzarla) nos hizo de contar lo que dio a llamar “la verdad”. Nos pedía que cuando fuéramos a Nigeria explicáramos a “sus hermanas” lo que ocurría con las jóvenes nigerianas durante la ruta migratoria y lo que les espera al llegar a Europa. Otra de las participantes, tomando el testigo de narrar verdades para evitar las repeticiones señala en el documental: “a mí me gustaría ayudar a las chicas africanas como yo, porque yo no quiero que ellas sufran como yo he sufrido en el camino. Por eso he contado mi historia”. Las investigadoras torpemente comenzamos este proyecto intentando localizar las huellas que el camino y la explotación (mayormente sexual) deja en las mujeres nigerianas y obviamos, hasta que las escuchamos, las huellas que ellas están dejando en la sociedad. Ello redefinió metodología, objetivos y resultados. Nos redefinió el posicionamiento ético y epistemológico.

A cada proyección o a cada espacio ocupado con sus reflexiones o propuestas (como estas jornadas lo han sido) se hacen presentes las mujeres y las jóvenes, saliéndose de las trastiendas de nuestras ciudades, allí donde las colocamos para lanzar una tela oscura sobre las explotaciones que vivencian. O de esas otras telas que son las sombras de los muros de las fronteras que ocultan lo que viven (agresión física, sexual, psicológica o venta) al otro lado. Fronteras que ya hemos señalado externalizadas, que es lo mismo que decir colocadas en aquellos países en los que el freno migratorio se puede realizar sin tener en cuenta los derechos humanos, la dignidad.

Las jóvenes con las que hemos hecho esta hazaña investigadora tienen como condicionante general que no pueden contar lo que han vivido. Las amenazas hacia ellas y sus familias o personas próximas son muy fuertes, a lo que se le suman los compromisos éticos que le llevan a concebir su viaje como una migración colectiva. Por eso, estas voces protegidas por el anonimato y la creatividad que ha posibilitado el soporte audiovisual tienen un triple valor: el de aportar desde el conocimiento sustentado en la experiencia sobre la temática; el de hablar confrontando la trata y mostrando sus estrategias de superación frente al fenómeno; y el de estar exigiendo con ello el derecho a ser parte de la sociedad que construye conocimiento para hacer posible otro mundo en el que la explotación de las personas, de las mujeres, sólo sea un recuerdo del que aprender para no repetir.

 

Autora: Esperanza Jorge Barbuzano.

Nos lees, África

“Ante los ojos de Occidente, lo extraño o diferente deviene como amenaza repelente u objeto de consumo. Del primer atisbo, el racismo y la xenofobia se presentan como ejemplos sangrantes de ejes discriminadores. En el caso de la cosificación, la gama reviste amplios matices: lo exótico como producto cultural al servicio del mercado; la formulación de nichos de investigación de particularidades en función de la (blanca) universidad; la apropiación cultural; el paternalismo; la infantilización de la otredad; la reducción y esencialización de la alteridad, etc. Entre más variopinto y raro, más llamativo.

Y es que las falacias (provenientes de la matriz colonial occidental) de “dar voz a quienes no tienen voz” y de “visibilizar a quienes han sido invisibles”, alimentan un sesgo que no responsabiliza, realmente, a los grupos y sujetos humanos que se han beneficiado de la desigualdad e injusticia estructurales que sustentan el mundo. Todos y todas tenemos voz, todos y todas somos artes y estéticas andantes y creativas. No es precisa la iluminación mesiánica privilegiada para que nuestras voces existan de repente.

Lo que ha ocurrido es que el afán de competitividad e individuación de las filosofías de corte moderno (euronorteamericano), asentando un sinsentido común neoliberal, favorecen una sordera y una ceguera selectivas por parte de quienes han ostentado ubicaciones de comodidad en los distintos ámbitos vitales.

África, como paradigma de fetiche y desconocimiento, ha sido moldeada a placer (geográfica, social, cultural, política y económicamente) por las demandas de las miradas distantes que le temen o le idolatran como artefacto. África está al servicio de las necesidades del mundo, del Primer Mundo, como fuente inagotable, pero sí agotada, de lo que de ella quieran explotar y extraer.

No le han permitido leerse a sí misma, a pesar de todo lo que ella se cuenta y se escribe, y se canta, en sus infinitas expresiones. Hace falta siempre un erudito, un profesor, una organización no gubernamental, un investigador, un político que venga de los centros de poder más reputados, para que den fe y valoricen lo que en África se mueve.

Ya es momento de que dejemos de fabricar tanto sobre África y empecemos a leer y escuchar lo que África ya ha hecho, y está haciendo, desde que el tiempo no existía en los nortes. Abandonemos el monopolio de arrogarnos el derecho (muy torcido) de hablar en nombre de otras lenguas, subjetividades y realidades.

Así, con la intención de una mera aproximación consciente e intuitiva, a sabiendas de los vicios de nuestra perspectiva situada, a continuación se sugiere un trazo para un camino: un rumbo de acercamiento a las literaturas y pensamientos africanos contemporáneos. No se trata de un ejercicio de sapiencia o ilustración relacionado con un estudio filológico o científico de exhaustividad literaria. Es, mejor, una prueba de aroma particular que tenemos bien en compartir de acuerdo a las posibilidades de accesibilidad abierta e idiomática en los recursos de las redes. Un panorama general entre los numerosos posibles. Un tanteo para dejarnos descubrir, y no caer en el determinismo ni en el consumismo desaforado.”

Si quieres leer el artículo completo de Gonzalo Esteban Calderón y acceder a las recomendaciones de literaturas y pensamientos africanos contemporáneos, entra en el siguiente enlace.

Si te interesa saber más sobre Epistemologías del Sur, consulta la bibliografía que ha sido compilada por Gonzalo y nuestro voluntario Marcos García García aquí.

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3ª Edición Repensando África

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ABIERTO PLAZO DE INSCRIPCIÓN

Durante la última semana de noviembre de 2018 se realizará dos Cursos de Formación en Granada y en Sevilla en el ámbito de la Universidad, dirigido a universitarios y a organizaciones sociales.

Desde Alianza por la Solidaridad y la Red Repensando África os queremos invitar a participar en el Curso Repensando África. Derechos Globales desde las Epistemologías del Sur. África Negra es una región desconocida para muchos de nosotros y nosotras. La información que nos llega es escasa y en la mayoría de las ocasiones se centra en fenómenos como la pobreza o ayuda.¿Conoces las propuestas de sociedad plantean los africanos y las africanas? ¿Qué acciones realizan los movimientos sociales en África? ¿Qué piensan l@s african@s sobre las migraciones? ¿Cómo se gestionan los bienes comunes? ¿Qué alternativas económicas existen? ¿Cuál es el papel de las Universidades?

Entra en la ciudad donde quieras realizarlo para inscribirte:

Granada      Sevilla

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X Congreso Ibérico de Estudios Africanos

Aún puedes inscribirte en el X Congreso Ibérico de Estudios Africanos que se celebrará en Granada a partir del 25 de enero.  Esta décima edición se configura bajo el lema Personas y culturas africanas: Identidades, poderes, conocimientos y tradiciones en femenino, centrándose en las personas como motores de conocimiento y transformación social.

 

Para ampliar información e inscribirte puedes hacerlo aquí.

Boletines Repensando África

En esta entrada podéis acceder a los Boletines Temáticos «Repensando África». Los temas que encontraréis en estos boletines son: Epistemologías del Sur; Democracias y Poder Popular; Migraciones y Territorio, Personas y Economía. Encontraréis artículos de universidades andaluzas, de organizaciones africanas y andaluzas y sobre todo podréis ver una África y una Andalucía en movimiento!

epist sur
Epistemologías del Sur
democ sur
Democracias y poder popular
migrac sur
Migraciones y territorio

Personas y economía

«Marruecos, instantes de un país en continua evolución». Artículo de Emilio Vázquez sobre su viaje a Marruecos.

Mi compañera Rosa y yo partimos hacia Rabat con el objetivo de conocer la realidad de la migración en un país que avanza y cambia vertiginosamente, y en un momento político clave para el futuro de la sociedad marroquí y los movimientos migratorios.

El objetivo inicial del viaje era investigar qué políticas educativas se estaban llevando a cabo en Marruecos y cómo se incluían en ellas a la población migrante y en concreto, a las mujeres y a los niños. Sin embargo, para poder hablar de educación, es necesario presuponer que hay una integración gestante entre ambas sociedades, migrante y marroquí. Pero, se trata de un tema que alcanza otras dimensiones y para ello, en primer lugar, debemos analizar la situación política en la que se encuentra actualmente el país:

30 de enero de 2017, Marruecos declara su reentrada en la Unión Africana. Al día siguiente, el rey Mohamed VI lanza un mensaje claro y contundente que aboga por el respeto y la unión de los pueblos africanos. Marruecos, que ha sido siempre un país de emigración, ahora, país de tránsito y reclusión, comienza a hablar de integración mientras que arriba, una Europa que se cubre las espaldas con concertinas, abre nuevos CIES y sigue financiando la retención de los migrantes. Se crea un contexto que fabula una integración que no es real y cuyos únicos objetivos son fines políticos y económicos.

Resulta muy difícil hablar de integración cuando el objetivo de muchos migrantes es cruzar la frontera hacia Europa, por lo que la utópica inclusión se torna obligatoria debido a la retención que se sufre arriba. Asimismo, la compleja desigualdad que se vive en este país, tan castigado por la pobreza y la represión, se acentúa aún más con el aumento de la densidad migratoria, cuya dramática situación inspira aún más conflictos dentro de la sociedad.

Nuestra estancia allí nos ha permitido conocer el discurso de muchas ONGs e instituciones que trabajan en terreno, lo cual nos ha dado diversos puntos de vista sobre una situación que es la misma para todos: en Marruecos existe una gran brecha público-asociativa que impide la existencia de unos servicios sociales públicos, lo que genera una desprotección para la sociedad, tanto marroquí como migrante. Las oportunidades son mínimas para ambas comunidades y los planes educativos que puedan realizarse, aunque incluyan a la población migrante, chocan con un futuro laboral que es difícil para todos.

Foto 1Las instituciones y ONGs luchan por la institucionalización de sus prácticas, así como por garantizar un correcto compromiso del estado, que genere unas buenas políticas. Sin embargo, el gobierno tiene otros intereses actualmente. Además, la propia represión obliga a callar las voces, tanto de marroquíes como de aquellas personas extranjeras que desempeñan su trabajo en Marruecos y que prefieren permanecer en silencio, antes que dejar de hacer lo que hacen, que es crear una sociedad un poco más justa y en igualdad de derechos para todos.

También en nuestro tránsito por Marruecos, descubrimos la gran cantidad de voces que gritan y luchan por la igualdad. Pudimos conocer proyectos tan interesantes como el de Kirikou, el cual busca la unión de la comunidad marroquí y migrante en el barrio de Takadoum, en Rabat, a través de encuentros formativos, proporcionándoles a las madres la posibilidad de dejar a sus hijos en guarderías donde también estos, conviven entre ellos; o el de L’Art Lina, que trata de cambiar el concepto de proveedor y beneficiario, convirtiéndose los migrantes que llegan a Marruecos, y sí deciden quedarse, en sujetos políticos que ofrecen servicios a la comunidad como profesionales.

Este país de contrastes está sufriendo un proceso de cambios que afecta a todos, de modo que todos resultan perjudicados en una sociedad que sufre la guerra en la frontera, que vive la desigualdad en las calles y que sufre la pobreza en sus casas. Incluso el aumento del turismo en este país resulta paradójico, cuando hay verdaderas comunidades de personas constituidas en la frontera que son víctimas del maltrato y la violencia día tras día, por querer pasar a los países de los que nosotros vamos y venimos continuamente.

El cambio no sólo está en Marruecos, ni en los países de origen de la migración; el cambio real está en nosotros. Pero la triste realidad es que no todos estamos dispuestos a bajar nuestro nivel de vida para garantizar una igualdad global, jugando aquí un papel decisivo la educación y el ser conscientes de que esto es responsabilidad de todos. La migración es un derecho pero la no emigración también.

«Las personas migrantes, objeto de negociaciones y desacuerdos políticos» Artículo de Rosa Choque sobre su viaje a Marruecos.

Soy Rosa, trabajadora social especializada en Estudios Migratorios. Pertenezco a colectivos activistas que trabajan en la Frontera Sur y en Grecia. El proyecto de investigación propuesto en Marruecos se basaba en investigar cómo la externalización de fronteras por parte de Europa legitima la violación de derechos humanos en la Frontera Sur y aumenta la discriminación racial.

RICOH IMAGINGEntre otras muchas cosas, mi estancia en Marruecos me ha ayudado a conocer el movimiento asociativo en relación a la migración, las diversas dificultades que encuentran, su visión y sus líneas de trabajo. De ello destaco que uno de sus principales objetivos es sensibilizar al estado de que unas de sus competencias es mejorar su administración pública y hacerse responsable de dar soluciones a los diversos problemas de la población, ya que todo compete a estas organizaciones. Además se encuentran con muchas dificultades a la hora de trabajar debido a la represión por parte del estado que procura que nadie manche la imagen de Marruecos. Otra es la financiación, la mayoría es recibida por parte de las cooperaciones extranjeras como la española y la suiza, y se ven obligadas a amoldar sus líneas de trabajo a los intereses de éstas para conseguir ingresos. En respuesta a todo ello, varias de las organizaciones se han unido en una plataforma para tener más fuerza ante las represiones, mejorar sus líneas de actuación y así trabajar en conjunto.

En relación a la Frontera Sur, las autoridades marroquís detienen de manera sistemática y con violencia a las personas migrantes que se encuentran en las ciudades y en las zonas boscosas limítrofes a la frontera, especialmente en Tánger y en Nador. Tras esto, las trasladan hacia el sur del país, donde son puestos/as en libertad y tienen que comenzar nuevamente su larga travesía. Con esto se cumple el objetivo establecido por Europa: alejar a los/las migrantes de sus fronteras sin mancharse las manos.

Todo este proceso se ejerce en un contexto de cambio político en Marruecos, que ha aprobado una política de integración y regularización de inmigrantes, ha entrado en la Unión Africana y ha solicitado su adhesión a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental. Este hecho no frenará la violencia que se ejerce en la frontera, ya que se seguirá reprimiendo a todas las personas cuya intención no sea residir en Marruecos.

La incompetencia por parte de Europa en solucionar su “crisis de derechos” junto a los beneficios e intereses de Marruecos, hacen que los derechos y las vidas humanas se apuesten en juegos políticos de negociaciones y desacuerdos entre países, donde las personas migrantes son objeto. Por ejemplo, los últimos saltos de las vallas de Ceuta y Melilla coinciden con varios “berrinches” por parte de Marruecos con Europa, que en varias ocasiones amenaza con dejar de controlar las fronteras si no consigue lo que le interesa.

En conclusión, las fronteras no frenan la migración, solo provocan el crecimiento de un movimiento xenófobo y racista, legitiman la violación de derechos humanos y ponen en peligro las vidas de las personas que quieran migrar obligándolas a realizar trayectos mucho más peligrosos.

Solo tienen un uso principalmente discriminatorio: determinan quién entra a una comunidad y quién se queda fuera, estableciendo así personas de primera y de segunda. Tenemos derecho a emigrar pero es el país de destino el que decide quién puede entrar y quién no. Hay mucho por hacer para que todos y todas tengamos una igualdad efectiva en ese derecho en un mundo en el que proliferan las fronteras a beneficio de unos países e incompetencia de otros.

«…y al fin en África. Jërëjëf Senegal». Artículo de María Soledad del Villar, alumna de Repensando África becada para ir a Senegal

Como estudiante de antropología siempre he tenido la constante necesidad de conocer otras culturas. En esta ocasión tuve la oportunidad de viajar nada más y nada menos que a África, un continente lleno de riqueza y diversidad. Antes de que me diera cuenta estaba aterrizando junto a mis compañeros en Dakar, Senegal. Allí fuimos acogidos por DIADEM; esta asociación trabaja en temas relacionados con las migraciones y la diáspora. Badara y Madame Ndiaye nos dieron la bienvenida, y junto a nuestros compañeros senegaleses que realizaban sus prácticas, nos hicieron un hueco en su oficina. Con ellos pudimos intercambiar sobre nuestros estudios y trabajos, pero también muy buenos momentos.

A través de las personas que conocimos gracias a esta asociación fuimos descubriendo experiencias e historias muy significativas, no solo para nuestros trabajos, sino para aprender sobre la cultura africana y desaprender lo que los medios de comunicación nos están mostrado.

IMG_1903Mi trabajo tenía como objetivo conocer cómo se gestionan los procesos de embarazo y parto en los centros sanitarios públicos, a raíz de esta investigación pude conocer a mujeres fuertes, organizadas, con iniciativa, luchadoras… ¿Por qué puedo afirmarlo? Porque a partir de las reuniones, entrevistas, conversaciones y observación constante que mantuvimos con ellas, comprobamos como tomaban las riendas de la mayor parte de las actividades a nivel local.

No podré olvidar a Magat, una mujer residente en Saint Louis que nos contó cómo, junto a centena de mujeres, colaboraban en sus barrios para cultivar, establecer un sistema de ahorro común (tontine) u organizar un comedor una vez a la semana para los niños… esta es una entre muchas historias cuyas protagonistas son mujeres en acción. Su historia forma parte de muchas otras cuestiones que aprendí en el viaje, por ejemplo, cómo son relaciones entre jóvenes y mayores, la tranquilidad pero al mismo tiempo caos de la ciudad… pero la que más se ha quedado conmigo han sido historias como las de Magat.

Invitaría a todos a vivir esta experiencia, viajar a África, a Senegal o a cualquier otro país. Es necesario conocer de dónde vienen las personas con las que convivimos en nuestra sociedad, cuando hablamos de población inmigrante de origen africano hablamos de un porcentaje importante de nuestra comunidad. Promover la cooperación Sur a Sur como hemos aprendido en el Curso Repensando África, además del apoyo y el aprendizaje mutuo, son aspectos fundamentales para tejer redes entre ambos Sures.

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«Descubriendo la teranga senegalesa». Artículo de Isabel Mazuelos, alumna de Repensando África becada para ir a Senegal.

Mi nombre es Isabel Mazuelos y soy graduada en Educación Social por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, posteriormente cursé un máster en Granada, la bella ciudad donde tuve la oportunidad de hacer el curso de “Repensando África desde las epistemologías del Sur ” con Alianza por la solidaridad.

Desde la primera sesión fue un gozo acudir, escuchar, reflexionar sobre todas y cada una de las palabras que las y los ponentes nos ofrecían ante la mesa. Ampliar nuestro conocimiento, vencer los prejuicios sobre lo desconocido y eliminar los estereotipos que un continente tan grande, como es África, lleva arrastrando desde sus inicios.IMG_2246

No era consciente por aquel momento que sería una de las personas afortunadas de poder tener la beca de investigación en terrero en algunos de los países hacia los que se dirigía esta ayuda y cuando leí el primer email, aunque sobre todo cuando me comunicaron que efectivamente era posible la realización de este viaje, fui muy feliz de poder tener esta experiencia.

Tras muchos nervios, preparativos y alguna que otra limitación, me comunican que podría acompañar al grupo de personas que visitarían Senegal, un país conocido por la gran solidaridad de su población. Aterrizamos en este país, con un clima caluroso y húmedo, con bastantes nervios y en medio de la marabunta de personas que esperaban la salida de los viajeros estaba Badara Ndiaye, el presidente de Diadem, la asociación que nos acogía.

Diadem Senegal (Diáspora Desarrollo Educación Migración) es una asociación que pretende mejorar las condiciones y calidad de vida de los senegaleses, además promueve el diálogo entre los diferentes actores para alcanzar ese objetivo. Fundamentalmente se centra en la investigación de educación, migración, movilidad y educación. En esta asociación trabaja un equipo interdisciplinar de profesionales que conjuntamente obtienen los mejores resultados en investigación para la promoción de asociaciones que consigan mejorar las condiciones de vida de las personas, tanto en entornos rurales como urbanos.

Y eso es lo que conocimos de la asociación durante nuestro viaje. Pudimos entrevistas a varias personas de diferentes colectivos y asociaciones, lo que nos ofreció una visión del amplio tejido asociativo que hay en Dakar.IMG_20170329_120222736_HDR Como nuestros trabajos de investigación eran diferentes, tuvimos un conocimiento heterogéneo de asociaciones y del trabajo que en ellas se realiza. Lo que sí es cierto que en la gran mayoría, además de hacer una presentación de la entidad, de sus experiencias, buscaban un financiamiento económico para poder potenciar el trabajo de éstas con la población. Era la limitación mayoritaria que se destaca era la ausencia de fondos económicos para la puesta en marcha de proyectos.

Pese a esta gran dificultad pudimos comprobar las ganas y esperanza por seguir trabajando y que ideas y proyectos no faltaban para conseguir una sociedad más justa y reducir la pobreza de este país.

Con respecto al tema de soberanía alimentaria, destacar que existen entidades que realizan una labor muy productiva y que son proyectos que marchan muy bien, consiguiendo objetivos y ofreciendo trabajo a la población, conocimientos, etc. Como es el ejemplo del jardín de Dakar.IMG_20170322_144635474 Creo que se podría realizar un buen intercambio de saberes entre las entidades que se dedican al cultivo de árboles y plantas, además de cereales, que eran tratados para su posterior venta.

Podría estar escribiendo muchas más hojas pero al limitar estas palabras quería destacar que en sí no llevaba ninguna expectativa sobre el viaje, porque aprendí a no tenerlas de nada y dejarme sorprender para poder absorber todo lo que me rodea desde el minuto uno y así ha sido.

Senegal es un país que ofrece miles de posibilidades a la persona que viaja para que quede prendado con todo el potencial humano que tienen. Un potencial que se convierte en miles de sonrisas, en personas constantemente luchando por salir adelante y tener un bienestar para ellos y sus familias. Se aprende de cada persona que encuentras a tu paso…

Recomendaría el viaje 100%, aunque antes es necesario realizar un curso tan completo como “Repensando África” ya que ofrece unas nociones previas y básicas sobre cuestiones que se abordarán en terreno.

Gracias, Senegal, gracias a Alianza por la Solidaridad.

“África, lecciones de vida”. Artículo de José Manuel Maroto Blanco, alumno de Repensando África becado para ir a Senegal.

Nunca he podido ocultarlo, África es para mí una fuente de inspiración en todos los sentidos. Desde que estuve en este inmenso continente por primera vez, me quedé prendado de toda la diversidad que alberga, del corazón de sus gentes y de las numerosas enseñanzas con las que volví a casa. Tener la oportunidad de volver a África, ahora a otro país, Senegal, volvió a despertar en mí sensacIMG_1896iones que creía ya olvidadas. Como un niño que que desenvuelve con impaciencia su regalo de cumpleaños, los nervios se apoderaron intensamente de mí… ¿Que sería lo que aprendería esta vez de África, el continente que un día vio nacer al primer ser humano y que hoy alberga la mayor riqueza cultural.

Ya desde nuestra llegada a Senegal, DIADEM, la asociación que nos acogió, nos demostró por qué a este país se le conoce como el país de la “teranga” o de la solidaridad. Desde el primer minuto nos sentimos como en casa y pudimos trabajar con la asociación, inmersa en numerosos proyectos de investigación que tenían como objetivo analizar la situación social de Senegal y de África para mejorarla. Me sorprendió muchísimo la implicación de los jóvenes, no sólo en DIADEM, donde trabajaban diariamente, sino también en el campo de las movilizaciones sociales: África se mueve aunque los medios de comunicación se empeñen en dibujarnos a un continente dormido.

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El proyecto de investigación que quería desarrollar en Senegal versaba sobre cómo los saberes tradicionales, y que tiene relación con el medio natural, del pueblo wolof (etnia mayoritaria en Senegal), podían configurarse como formas de “resistencia” para los migrantes de este país. Por ello, conocer todo lo que tenía que ver con la riqueza culinaria del país, las formas de trabajar la tierra, el gran elenco de alimentos proveniente de la rica flora así como la relación con el medioambiente eran para mí algo capital. Gracias, no sólo a la asociación, sino también a la actitud abierta e integradora de la población, pude realizar varias entrevistas a migrantes retornados, que me aseguraron del valor y de la importancia de esta “memoria biocultural” para sobrepasar algunos problemas durante el proceso migratorio. Compartir el té o el bissap, establecer plantaciones de hibisco y otros cultivos senegaleses, etc, se configuraron como resistencias psicológicas al hecho de encontrarse lejos de Senegal y fue un instrumento muy útil para establecer alianzas con la población de acogida en los países a los que migraron.

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 Pese a que fui a Senegal con un proyecto de investigación, aprendí más a valorar mejor la importancia de las relaciones sociales, las costumbres locales, un poquito del idioma y, sobre todo, a sentirme nuevamente en deuda con el continente africano. Volví a mi casa habiendo recibido verdaderas lecciones de vida. Nuevamente en deuda contigo… ¡y aún me queda muchas Áfricas que conocer!.

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