Artículo Jorge 1

Yo quiero que te quedes

Es curioso ver las opiniones que discurren en un congreso sobre migración, cuando la visión que escuchas y debates no es la de Occidente. Tres fueron mis primeras sensaciones. La primera, que no tenía mucho que aportar, pues notaba que los ahí presentes sabían perfectamente de la situación que dejaba sus países sin sus jóvenes promesas. La segunda, el fuerte peso de la opinión de las mujeres ahí presentes, la cual portaban con naturalidad y decisión. La tercera, que se habían tornado los roles, y era África la que tenía mucho más que decir que Europa con respecto a este tema.

Artículo Jorge 3

Nos reunimos la última mañana en uno de los foros del congreso, y se hizo una síntesis del proceso migratorio. Es de recordar que es un asunto crucial para la transición a un futuro sostenible. Se estima que para 2050 haya 3000 millones de personas más sobre el planeta, y habrá un mayor flujo de migrantes, muy relacionado con las cuestiones de paz, seguridad, venta de órganos, trata de personas y drogas.

Sin embargo, la Europa actual solo distingue dos tipos de inmigrantes:

  • Uno con dinero y recursos, que es capaz de acceder a las facilidades que proporciona el país de acogida, y que sin embargo, no se libra del racismo de la sociedad que lo acoge. Cabe mencionar que estas visas cuestan 4 millones de francos, es decir, más de 6000 euros.
  • Otro que debe de buscar formas alternativas, más peligrosas, sin garantías, para llegar a un destino que espera más favorable, pero que al llegar, lo trata de criminal, y lo esconde tras un número, quitándole toda identidad más allá de inmigrante.

Cada nueva aportación enriquecía el discurso generado en el foro.

“El peligro está en pensar que la solución la hallaremos en el Norte”. Con este comentario, se vislumbró el problema entrañado en la propia concepción que tienen los propios senegaleses de sí mismos y de Occidente. Es por ello que se da un enorme éxodo de estudiantes, que aspiran a hacer un intercambio en universidades francesas, españolas o italianas, y por ello, eligen como tercera lengua uno de esos idiomas, desprestigiando, inconscientemente, la cultura propia. Las mismas autoridades del país son cómplices de esta partida, pues no se tiene en estima lo generado dentro del país. Nos contaban cómo un título francés contaba mucho más en el currículum que uno senegalés, por el simple hecho de considerar que el conocimiento impartido en estos países es superior.

Artículo Jorge 2

No nos fuimos con las manos vacías. Si existen problemas, también son necesarias las soluciones, y este animoso grupo dio varias claves para comprender el quid de la cuestión.

“Es necesaria una revolución epistemológica”. Para ello, el papel clave, la educación. Educación para ser capaces de valorar la cultura y los recursos propios; educación para hacer prosperar tu país y darle peso a lo que se sale de la norma occidental; educación para ser autosuficientes, y poder comprender que somos interdependientes. Educación para hacer florecer la economía del país.

Así, pudimos concluir que debemos de luchar por el mundo de la diversidad, el mundo de la riqueza compartida, y no el de la riqueza expropiada.

 

Autor: Jorge Min Hui Zhou Zhou

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¿Fronteras? Depende para qué.

No es la primera vez -y me temo que no será la última- que confrontaré opiniones con alguien sobre el tema fronterizo. He escuchado comentarios del tipo “Las fronteras están para respetarlas” o “¿Qué pasaría si vinieran oleadas de migrantes a España?”. Este tema ha supuesto para mí en ocasiones un quebradero de cabeza porque había algo que no encajaba: ¿por qué migra la gente actualmente? Y me respondían que a causa de la pobreza. Una condición que quedaba naturalizada en su discurso para ciertas áreas geográficas del planeta (¡como si la escasez de recursos económicos estuviera intrínseca y naturalmente vinculada a eso que llamamos África o Latinoamérica!). Si tiramos del hilo para arrojar un poco de luz sobre las condiciones materiales que sustentan estos movimientos forzados de personas, nos encontramos con formas extractivistas de explotación, situaciones de inseguridad alimentaria, conflictos armados o difíciles coyunturas debidas al cambio climático, entre otras.

Durante las Jornadas África Activa de Dakar tuvimos la suerte de establecer contacto con diversas asociaciones senegalesas y personas que trabajan en ellas. Una de ellas era miembro del Comité Nacional de Diálogo Social sobre la Pesca, Acuicultura y Recursos Offshores de Senegal (CNDS-PAH). En la actividad pesquera es en la que me voy a centrar en el presente artículo.

La pesca es una de las principales actividades de subsistencia en Senegal. Este país, con una extendida tradición marítima, genera entre 500.000 y 600.000 puestos de trabajo según estimaciones (Rodríguez, 2018; Fernández, 2019). De hecho, la teoría más aceptada del origen del nombre Senegal es la que afirma que procede del wolof “sunu gaal”, cuya traducción sería “nuestra canoa”.

De cualquier modo, el extractivismo pesquero por parte de buques europeos en aguas senegalesas -principalmente españoles y franceses- conlleva un grave impacto ambiental y socioeconómico. Por un lado, la sobreexplotación de los ecosistemas marinos reduce la biodiversidad de la zona, poniendo en peligro la sostenibilidad de esta actividad esencial para la subsistencia de los senegaleses. Por otra parte, el incremento de las dificultades para competir con las formas de pesca masiva no tradicionales tiene un grave impacto para los niveles de desempleo en este sector y, preocupante también, sobre la seguridad alimentaria en un país donde el 70% del aporte proteico depende del pescado. En este contexto, a muchos senegaleses no les queda más remedio que migrar.

Esta situación está sostenida jurídicamente en el “Acuerdo de colaboración de pesca sostenible entre la Unión Europea y la República de Senegal”, que entró en vigor en 2014 y cada cinco años debe ser ratificado. Este acuerdo bilateral -el gobierno senegalés también participa de esta actividad extractiva- regula las condiciones y contrapartidas financieras de los pesqueros europeos en aguas senegalesas. En el plano económico cabe destacar que supuso una entrada de 13.930.000 euros para el estado senegalés (desglosado en el Artículo 3 del Protocolo), así como que los cánones por exceder los límites de la cantidad de pesca permitida son irrisorios (Artículo 3.5 y 3.6 del Protocolo). ¿Las retribuciones económicas de los estados europeos se traducen realmente en mejoras en las condiciones de vida de la población o favorece el mantenimiento de esta relación de dependencia Norte-Sur?

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Si bien es cierto que la mayoría de los alimentos pesqueros se quedan en el continente africano (un 69% según datos del ICEX), las partidas arancelarias de exportaciones a España aumentan año tras año, como se puede observar en el gráfico inferior. Y ya no es solamente que el destino del alimento sea uno u otro, sino que los medios de obtención del mismo queda poco a poco en manos de grandes empresas transnacionales, arrebatando a los locales -en este caso, a los pescadores- la soberanía alimentaria de la comunidad.

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Teniendo en cuenta estas pequeñas pinceladas de las dinámicas de extracción pesquera en Senegal por parte de Europa -también de barcos surcoreanos y chinos- querría destacar dos conclusiones. En primer lugar, la mayor parte de las migraciones actualmente son movimientos forzados de personas motivados por una situación de vida insostenible en los lugares de origen. En ese sentido, tanto los estados europeos como africanos participan como agentes reguladores del flujo de personas en función de las necesidades del mercado de trabajo global. Normalmente las personas migrantes, debido a una situación de vulnerabilidad estructural, son manos de obra barata que explotar. Por ello, cuando hablamos de fronteras debemos plantearnos que existen límites administrativos para personas pero, ¿y qué pasa con los recursos expoliados que circulan “libremente” por el mundo (alimentos, minerales, petróleo, gas…) y cuya extracción está a la raíz de las situaciones de pobreza?

Por otro lado, deberíamos tomar consciencia como consumidores de las implicaciones que tiene nuestro consumo: comprobar la procedencia de lo que consumimos y tratar de reducir la cantidad. En definitiva, desarrollar alternativas de mercado local y economías sostenibles (como el decrecimiento) quizás puedan ayudar como contrapeso a estas dinámicas capitalistas. Para que en una parte del planeta podamos existir de una forma, en otra hay personas despojadas de las condiciones básicas para vivir o de la vida misma.

Autor: Francisco Rabasco González

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Un diálogo cuyo lenguaje es la vida

África está construyendo mundo y para ello investiga, analiza y reelabora accionar. Señalo África no pretendiendo tropezarme en la generalización o anular en su amplitud las identidades miles que la conforman. Más bien deseo con ello voltear la imagen preconcebida de un continente pasivo bajo una acacia que crece asustada entre los escombros de bombardeos, la expoliación de sus recursos y sus gentes, y las tierras rasgadas por la sequía. Parte de este imaginario tiene que ver con las formas erosionadoras hasta el expolio con las que nos hemos relacionado con el territorio africano y sus personas moradoras desde Europa. Y, otra parte con el ejercicio de repetir una idea para que esta produzca realidad haciendo que la inmovilidad permita facilitar la continuidad de dicha erosión extractivista. Pero África se sacude etiquetas, África está activa, como señala el nombre de las jornadas que nos hicieron volar el pasado mes de marzo hasta Senegal para encontrarnos y vincularnos en el trabajo conjunto de diseño de sociedades críticas y comprometidas con la vida.

Desde este encuentro, las paredes de la Université Cheikh Anta Diop, en Dakar escucharon discutir durante tres días sobre los tránsitos que atraviesan continentes. En un momento dado éstos fueron agrupados en: desplazamientos de personas, productos o materias primas que migran o que son emigradas (a golpe de tinta en firma, coacción o bala), todo ello en estrecha relación con las formas de “consumo” en Europa; y, en dirección contraria, el traslado de las basuras y desechos generados por ese modelo de consumo que regresan de vuelta (vacías de valor y de función) al continente africano en forma de cementerio de lavadoras, televisores o de cualquier otro bien desestimable.

Se sentó en primera fila el cuestionamiento de base a la expulsión de la vida a las periferias de la propuesta social. Y se visibilizó nombrando el daño experimentado por quienes migran jugándose los cuerpos, y de la familia que queda en origen esperando noticias de la persona que abandona el territorio. Con voz ronca y asalitrada, en el pasillo de la derecha los océanos secos de peces señalaron como responsables de hambres y migraciones no elegidas a los grandes pesqueros llegados de lejos para engullir todo animal marino vendible en lonjas. En sillas plásticas improvisadas por el aforo repleto o en los bancos de madera se destacaron las fronteras externalizadas que subvencionadas desde los gobiernos europeos seccionan carne, sueños y derechos. Y los centros de internamientos para migrantes (CIEs)también encontraron asiento y lugar de voz. Nos recordaron que sus encierros injustos a quienes se desplazan tienen cabida tanto en el continente africano (Mauritania se nombró como uno de los avergonzados territorios que los acoge) como en suelo europeo. Y las mujeres y las jóvenes se hicieron hueco legítimo para desde el inicio recordar que todo daño toma dimensiones propias sobre sus cuerpos, en este caso corporeidades migradas.

Para dialogar sobre estos flujos dentro de la propuesta de África activa, con el deseo y la obligación cívica de repensar sociedad, las organizaciones sociales locales llegaron a la universidad con sus ropas y herramientas de gala para alzar la voz autorizada desde el trabajo directo; la academia y sus doctoras y doctores tomaron nota y replicaron arropadas en marcos teóricos, informes y trayectoria científica; el alumnado investigador participó y remató volcando de sus cubos dudas y resultados preliminares; y también nuestro grupo trasladado desde Andalucía con experiencias formativas, profesionales y vivenciales formó parte de esta dialógica ágora.

Foto Artículo Maspe 2Entre los proyectos que compartimos estuvo presente aquél en el que, desde el 2014, hemos estado trabajando con jóvenes nigerianas que migran hacia Europa vinculadas a la trata de seres humanos, pasando por la Frontera sur española. Hablamos de esta investigación-acción en la que se ha buscado priorizar el protagonismo de los relatos de las viajeras y las reflexiones críticas que desde ellos hemos co-construido. Apoyada en proyecciones y en personas traductoras que vivieron la propuesta como si fuera suya (gracias infinitas por ello), acercamos al aforo los asentamientos del camino, las zonas de explotación sexual o laboral, las escuelas en Nigeria o las casas de acogidas en el Estado español en las que hemos podido desplegar los campamentos de encuentro con las jóvenes y las mujeres. Así, ellas encontraron su lugar en Dakar, habiéndome prestado sus voces dada la imposibilidad de asistir físicamente, para alertar del descalabre humano que es la trata de personas. Y pudieron narrarse (a distancia) desde las mellas que las experiencias han dejado en ellas y, sobre todo, desde las estrategias que han desarrollado para superarlas y para confrontar la propia trata. El foro propiciado en Dakar recibió a las jóvenes reconociéndolas con sus aplausos como portadoras claves de los conocimientos que han posibilitado los resultados que dan sentido a esta investigación; y como protagonistas del documental Irioweniasi, el hilo de la luna (Pulsa aquí para ver el tráiler).

La génesis de este documental ha sido la petición que una de ellas (luego vendrían otras a reforzarla) nos hizo de contar lo que dio a llamar “la verdad”. Nos pedía que cuando fuéramos a Nigeria explicáramos a “sus hermanas” lo que ocurría con las jóvenes nigerianas durante la ruta migratoria y lo que les espera al llegar a Europa. Otra de las participantes, tomando el testigo de narrar verdades para evitar las repeticiones señala en el documental: “a mí me gustaría ayudar a las chicas africanas como yo, porque yo no quiero que ellas sufran como yo he sufrido en el camino. Por eso he contado mi historia”. Las investigadoras torpemente comenzamos este proyecto intentando localizar las huellas que el camino y la explotación (mayormente sexual) deja en las mujeres nigerianas y obviamos, hasta que las escuchamos, las huellas que ellas están dejando en la sociedad. Ello redefinió metodología, objetivos y resultados. Nos redefinió el posicionamiento ético y epistemológico.

A cada proyección o a cada espacio ocupado con sus reflexiones o propuestas (como estas jornadas lo han sido) se hacen presentes las mujeres y las jóvenes, saliéndose de las trastiendas de nuestras ciudades, allí donde las colocamos para lanzar una tela oscura sobre las explotaciones que vivencian. O de esas otras telas que son las sombras de los muros de las fronteras que ocultan lo que viven (agresión física, sexual, psicológica o venta) al otro lado. Fronteras que ya hemos señalado externalizadas, que es lo mismo que decir colocadas en aquellos países en los que el freno migratorio se puede realizar sin tener en cuenta los derechos humanos, la dignidad.

Las jóvenes con las que hemos hecho esta hazaña investigadora tienen como condicionante general que no pueden contar lo que han vivido. Las amenazas hacia ellas y sus familias o personas próximas son muy fuertes, a lo que se le suman los compromisos éticos que le llevan a concebir su viaje como una migración colectiva. Por eso, estas voces protegidas por el anonimato y la creatividad que ha posibilitado el soporte audiovisual tienen un triple valor: el de aportar desde el conocimiento sustentado en la experiencia sobre la temática; el de hablar confrontando la trata y mostrando sus estrategias de superación frente al fenómeno; y el de estar exigiendo con ello el derecho a ser parte de la sociedad que construye conocimiento para hacer posible otro mundo en el que la explotación de las personas, de las mujeres, sólo sea un recuerdo del que aprender para no repetir.

 

Autora: Esperanza Jorge Barbuzano.

Cartel mujer togolesa

Paralelismos en la vida de una mujer en Togo y una mujer en Andalucía

En el marco del curso “Repensando África. Epistemologías del Sur”, llevamos a cabo como trabajo grupal la puesta en marcha de una campaña de comunicación sobre las mujeres togolesas en Togo. Tras un debate en el grupo, y gracias a las aportaciones de nuestra compañera togolesa, nos hicimos la siguiente pregunta que motivó la temática de la campaña: ¿es tan diferente la vida de una mujer en Togo de la vida de una mujer andaluza? Entendemos que las reflexiones generadas alrededor de esta cuestión pueden llevarnos a estrechar lazos entre ambas realidades y visibilizar los aspectos que nos unen, más que mostrar los que nos separan. Así, damos un giro a cómo se cuentan las realidades de África y dónde se ponen los acentos.

Actividad mujer togolesa 1

Los objetivos de la campaña son acercar las realidades de la mujer togolesa; visibilizar y concienciar sobre las similitudes entre las mujeres togolesas y españolas; y dar a conocer el país, Togo, junto sus tradiciones, cultura, formas de vida.

La metodología llevada que hemos utilizado para la puesta en marcha de la campaña ha sido la difusión de fotografías y texto a través de diferentes redes sociales, pero especialmente a través de Instagram debido a su actual impacto. El acto principal ha sido la charla “Miradas encontradas: acercamiento a la realidad de la mujer togolesa”, protagonizada por nuestra compañera Akloté Sokoum (Socióloga, con máster en Gerontología) y nuestro compañero Rodrigo García (Trabajador social). Las dos estudian actualmente el máster en Cooperación al Desarrollo, Gestión Pública y de las ONGDs de la Universidad de Granada.

Hicimos la difusión de la misma a través de Instagram y cartelería, celebrándose la charla el jueves 21 de febrero en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Durante la misma se colgaron fotografías, textos y vídeos para que pudiera llegar a un público más extenso. Los temas que Akloté y Rodrigo trataron durante la exposición fueron diversos tras contextualizar el país y su actual situación. Akloté hizo un repaso a la larga lista de tareas cotidianas de las mujeres togolesas -que bien podría extenderse a la mayor parte de mujeres africanas-; enumeró el trabajo de las mujeres en los mercados y también algunas diferencias con la cotidianidad de las mujeres que viven en el medio rural. Por supuesto, nos habló de los bailes, las canciones, comidas y colores que caracterizan a las mujeres togolesas.

También tocaron otros temas como la viudedad, la situación de las mujeres mayores, la falta de agua y saneamiento, entre otros temas, como el trabajo doméstico antes y después de la escuela que ejercen las niñas. Este último punto suscitó un debate entre las asistentes, puesto que comentaron que se trataba de explotación infantil, a lo que Akloté respondió desde su voz en primera persona describiendo la realidad de las niñas togolesas que van a recoger leña, carbón, o limpian los platos y las ollas.

Por último, comentar otra de las reflexiones que se dieron en la charla: los feminismos, apuntando así que el feminismo desde el que trabajan las mujeres blancas y occidentales no representa a las mujeres africanas, por eso ellas tienen sus propias luchas feministas, que parten de sus valores culturales.

Todas nos fuimos a casa sabiendo un poco más sobre las realidades de las mujeres togolesas y, por supuesto, acercándonos más a ellas.

Actividad mujer togolesa 2

Autores/as: Rocío Cabalga Álvarez, Andrea Martínez García, Andrea Jiménez Rodríguez, Rodrigo García Casas, Antonio Nieto Sarmiento, Rocío González Rey, Akloté Sokoum

 

Foto Artículo Infancia 1

Repensando la cartografía Africana con la infancia granadina

Foto Artículo Infancia 2La actividad propuesta para el curso de repensando África se desarrolló dentro de un conjunto de jornadas los pasados 18 y 31 de enero y 13 de febrero en el colegio Gómez Moreno del Albaicín. Los/as niños/as de educación primaria tuvieron la oportunidad de elaborar una cartografía en construcción sobre África como parte de un proceso de acercamiento de este espacio a la infancia granadina.

En la primera jornada realizamos un diagnóstico acerca de los estereotipos y conocimientos que se dan en el imaginario colectivo de los/as más jóvenes respecto al continente africano, ideas que se vieron reflejada en la elaboración de un primer mapa, que recogía palabras como “pobreza”, “falafel”, “calor”… En base a este primer diagnóstico comenzaron a elaborar ellos/as mismos/as preguntas que plantearían a los miembros de la asociación Wilaya Diáspora por la Paz y la No Violencia en la segunda jornada de trabajo. En la misma, algunos miembros dieron respuestas de primera mano a los interrogantes que los/as niños/as habían planteado. Percibimos un viraje respecto a las opiniones iniciales a través de la problematización de los prejuicios que se reproducen sobre África. La creación de un espacio de convivencia fue esencial para deconstruir estas ideas recogidas en el imaginario colectivo. La última jornada, de nuevo en el colegio, sirvió para poner el broche final a la actividad y recoger la experiencia y aprendizaje que se habían producido durante la jornada anterior en la asociación. Los/as niños/as elaboraron otra cartografía en construcción sobre África basados en tres ejes: economía y recursos, vida cotidiana y migraciones. Finalmente procedimos a la comparación entre el primer mapa elaborado y el último para detectar ese poder transformador de la acción social directa de las actividades que se habían organizado.

Foto Artículo Infancia 3Encontramos en este proyecto un ejemplo de actividad necesaria para el desarrollo con colectivos infantiles. Es indispensable dibujar y trazar nuevas líneas de horizontes subjetivos a través de la narración de las historias calladas, invisibilizadas y subalternizadas. La metodología colaborativa nos resulta igualmente esencial para producir un conocimiento colectivo, ya no solo desde lo abstracto sino de las experiencias concretas y aterrizadas. Además permitió un aprendizaje colectivo tanto por parte de la comunidad escolar como por parte de los/as facilitadores/as de la campaña.

Autores/as: Kitti Baracsi, Serigne Cheikh Diop Kane, Gonzalo Aday Espinosa Valdivieso, Laura Gea Toro, Marta Ruffa, Francisco Rabasco González, Boris Todorov Zdravkov Stoyanov

 

 

 

 

 

Nos lees, África

“Ante los ojos de Occidente, lo extraño o diferente deviene como amenaza repelente u objeto de consumo. Del primer atisbo, el racismo y la xenofobia se presentan como ejemplos sangrantes de ejes discriminadores. En el caso de la cosificación, la gama reviste amplios matices: lo exótico como producto cultural al servicio del mercado; la formulación de nichos de investigación de particularidades en función de la (blanca) universidad; la apropiación cultural; el paternalismo; la infantilización de la otredad; la reducción y esencialización de la alteridad, etc. Entre más variopinto y raro, más llamativo.

Y es que las falacias (provenientes de la matriz colonial occidental) de “dar voz a quienes no tienen voz” y de “visibilizar a quienes han sido invisibles”, alimentan un sesgo que no responsabiliza, realmente, a los grupos y sujetos humanos que se han beneficiado de la desigualdad e injusticia estructurales que sustentan el mundo. Todos y todas tenemos voz, todos y todas somos artes y estéticas andantes y creativas. No es precisa la iluminación mesiánica privilegiada para que nuestras voces existan de repente.

Lo que ha ocurrido es que el afán de competitividad e individuación de las filosofías de corte moderno (euronorteamericano), asentando un sinsentido común neoliberal, favorecen una sordera y una ceguera selectivas por parte de quienes han ostentado ubicaciones de comodidad en los distintos ámbitos vitales.

África, como paradigma de fetiche y desconocimiento, ha sido moldeada a placer (geográfica, social, cultural, política y económicamente) por las demandas de las miradas distantes que le temen o le idolatran como artefacto. África está al servicio de las necesidades del mundo, del Primer Mundo, como fuente inagotable, pero sí agotada, de lo que de ella quieran explotar y extraer.

No le han permitido leerse a sí misma, a pesar de todo lo que ella se cuenta y se escribe, y se canta, en sus infinitas expresiones. Hace falta siempre un erudito, un profesor, una organización no gubernamental, un investigador, un político que venga de los centros de poder más reputados, para que den fe y valoricen lo que en África se mueve.

Ya es momento de que dejemos de fabricar tanto sobre África y empecemos a leer y escuchar lo que África ya ha hecho, y está haciendo, desde que el tiempo no existía en los nortes. Abandonemos el monopolio de arrogarnos el derecho (muy torcido) de hablar en nombre de otras lenguas, subjetividades y realidades.

Así, con la intención de una mera aproximación consciente e intuitiva, a sabiendas de los vicios de nuestra perspectiva situada, a continuación se sugiere un trazo para un camino: un rumbo de acercamiento a las literaturas y pensamientos africanos contemporáneos. No se trata de un ejercicio de sapiencia o ilustración relacionado con un estudio filológico o científico de exhaustividad literaria. Es, mejor, una prueba de aroma particular que tenemos bien en compartir de acuerdo a las posibilidades de accesibilidad abierta e idiomática en los recursos de las redes. Un panorama general entre los numerosos posibles. Un tanteo para dejarnos descubrir, y no caer en el determinismo ni en el consumismo desaforado.”

Si quieres leer el artículo completo de Gonzalo Esteban Calderón y acceder a las recomendaciones de literaturas y pensamientos africanos contemporáneos, entra en el siguiente enlace.

Si te interesa saber más sobre Epistemologías del Sur, consulta la bibliografía que ha sido compilada por Gonzalo y nuestro voluntario Marcos García García aquí.

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3ª Edición Repensando África

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ABIERTO PLAZO DE INSCRIPCIÓN

Durante la última semana de noviembre de 2018 se realizará dos Cursos de Formación en Granada y en Sevilla en el ámbito de la Universidad, dirigido a universitarios y a organizaciones sociales.

Desde Alianza por la Solidaridad y la Red Repensando África os queremos invitar a participar en el Curso Repensando África. Derechos Globales desde las Epistemologías del Sur. África Negra es una región desconocida para muchos de nosotros y nosotras. La información que nos llega es escasa y en la mayoría de las ocasiones se centra en fenómenos como la pobreza o ayuda.¿Conoces las propuestas de sociedad plantean los africanos y las africanas? ¿Qué acciones realizan los movimientos sociales en África? ¿Qué piensan l@s african@s sobre las migraciones? ¿Cómo se gestionan los bienes comunes? ¿Qué alternativas económicas existen? ¿Cuál es el papel de las Universidades?

Entra en la ciudad donde quieras realizarlo para inscribirte:

Granada      Sevilla

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X Congreso Ibérico de Estudios Africanos

Aún puedes inscribirte en el X Congreso Ibérico de Estudios Africanos que se celebrará en Granada a partir del 25 de enero.  Esta décima edición se configura bajo el lema Personas y culturas africanas: Identidades, poderes, conocimientos y tradiciones en femenino, centrándose en las personas como motores de conocimiento y transformación social.

 

Para ampliar información e inscribirte puedes hacerlo aquí.

Boletines Repensando África

En esta entrada podéis acceder a los Boletines Temáticos «Repensando África». Los temas que encontraréis en estos boletines son: Epistemologías del Sur; Democracias y Poder Popular; Migraciones y Territorio, Personas y Economía. Encontraréis artículos de universidades andaluzas, de organizaciones africanas y andaluzas y sobre todo podréis ver una África y una Andalucía en movimiento!

epist sur
Epistemologías del Sur
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Democracias y poder popular
migrac sur
Migraciones y territorio

Personas y economía

«Marruecos, instantes de un país en continua evolución». Artículo de Emilio Vázquez sobre su viaje a Marruecos.

Mi compañera Rosa y yo partimos hacia Rabat con el objetivo de conocer la realidad de la migración en un país que avanza y cambia vertiginosamente, y en un momento político clave para el futuro de la sociedad marroquí y los movimientos migratorios.

El objetivo inicial del viaje era investigar qué políticas educativas se estaban llevando a cabo en Marruecos y cómo se incluían en ellas a la población migrante y en concreto, a las mujeres y a los niños. Sin embargo, para poder hablar de educación, es necesario presuponer que hay una integración gestante entre ambas sociedades, migrante y marroquí. Pero, se trata de un tema que alcanza otras dimensiones y para ello, en primer lugar, debemos analizar la situación política en la que se encuentra actualmente el país:

30 de enero de 2017, Marruecos declara su reentrada en la Unión Africana. Al día siguiente, el rey Mohamed VI lanza un mensaje claro y contundente que aboga por el respeto y la unión de los pueblos africanos. Marruecos, que ha sido siempre un país de emigración, ahora, país de tránsito y reclusión, comienza a hablar de integración mientras que arriba, una Europa que se cubre las espaldas con concertinas, abre nuevos CIES y sigue financiando la retención de los migrantes. Se crea un contexto que fabula una integración que no es real y cuyos únicos objetivos son fines políticos y económicos.

Resulta muy difícil hablar de integración cuando el objetivo de muchos migrantes es cruzar la frontera hacia Europa, por lo que la utópica inclusión se torna obligatoria debido a la retención que se sufre arriba. Asimismo, la compleja desigualdad que se vive en este país, tan castigado por la pobreza y la represión, se acentúa aún más con el aumento de la densidad migratoria, cuya dramática situación inspira aún más conflictos dentro de la sociedad.

Nuestra estancia allí nos ha permitido conocer el discurso de muchas ONGs e instituciones que trabajan en terreno, lo cual nos ha dado diversos puntos de vista sobre una situación que es la misma para todos: en Marruecos existe una gran brecha público-asociativa que impide la existencia de unos servicios sociales públicos, lo que genera una desprotección para la sociedad, tanto marroquí como migrante. Las oportunidades son mínimas para ambas comunidades y los planes educativos que puedan realizarse, aunque incluyan a la población migrante, chocan con un futuro laboral que es difícil para todos.

Foto 1Las instituciones y ONGs luchan por la institucionalización de sus prácticas, así como por garantizar un correcto compromiso del estado, que genere unas buenas políticas. Sin embargo, el gobierno tiene otros intereses actualmente. Además, la propia represión obliga a callar las voces, tanto de marroquíes como de aquellas personas extranjeras que desempeñan su trabajo en Marruecos y que prefieren permanecer en silencio, antes que dejar de hacer lo que hacen, que es crear una sociedad un poco más justa y en igualdad de derechos para todos.

También en nuestro tránsito por Marruecos, descubrimos la gran cantidad de voces que gritan y luchan por la igualdad. Pudimos conocer proyectos tan interesantes como el de Kirikou, el cual busca la unión de la comunidad marroquí y migrante en el barrio de Takadoum, en Rabat, a través de encuentros formativos, proporcionándoles a las madres la posibilidad de dejar a sus hijos en guarderías donde también estos, conviven entre ellos; o el de L’Art Lina, que trata de cambiar el concepto de proveedor y beneficiario, convirtiéndose los migrantes que llegan a Marruecos, y sí deciden quedarse, en sujetos políticos que ofrecen servicios a la comunidad como profesionales.

Este país de contrastes está sufriendo un proceso de cambios que afecta a todos, de modo que todos resultan perjudicados en una sociedad que sufre la guerra en la frontera, que vive la desigualdad en las calles y que sufre la pobreza en sus casas. Incluso el aumento del turismo en este país resulta paradójico, cuando hay verdaderas comunidades de personas constituidas en la frontera que son víctimas del maltrato y la violencia día tras día, por querer pasar a los países de los que nosotros vamos y venimos continuamente.

El cambio no sólo está en Marruecos, ni en los países de origen de la migración; el cambio real está en nosotros. Pero la triste realidad es que no todos estamos dispuestos a bajar nuestro nivel de vida para garantizar una igualdad global, jugando aquí un papel decisivo la educación y el ser conscientes de que esto es responsabilidad de todos. La migración es un derecho pero la no emigración también.

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